Descripción
Hay una errónea tendencia generalizada, e histórica, de creer que hay algunas habilidades o cualidades (competencias) que son exclusivas o predominantes en los hombres y otras en las mujeres, y que esa diferencia es algo innato que depende del género. Sin embargo, desde hace ya muchos años se ha evidenciado esta falsa creencia.
El caso más contundente es el estudio científico de la antropóloga estadounidense Mary Mead, quien en la década de los años 30’ (siglo pasado) demostró que esas creencias sobre diferencias de Competencias entre hombres y mujeres eran equivocadas. Los estudios de Mead concluyeron, tras analizar diversas sociedades primitivas, que los patrones que definen las competencias humanas, especialmente las relacionadas con el trabajo y las actividades productivas, están determinadas por la cultura y el ambiente en el que se vive, y nada tienen que ver con el género.
Quienes no desarrollen y apliquen Competencias Femeninas en su vida cotidiana estarán en desventaja en un mundo que ya no es lineal, previsible, conservador, ni controlable por mecanismos de autoridad y/o fuerza, sino más bien por una mezcla de integración grupal, con alta sensibilidad, con intuición, relaciones afectivas empáticas y mucha creatividad, y por sobre todas las cosas, mucho más humano.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.